lunes, 3 de mayo de 2010



Te busque en el patrón binómico con que se expresa la nostalgia
esa maravillosa formula donde dos menos uno resulta cero
y yo siempre equivoco esa interrogante nublándome los ojos
con rostros que me observan tras el humo del cigarro
miradas que detienen los segundos, que traspasan los velos
del sueño a la realidad, baldosas que se vuelven techo
camas que se vuelven icebergs, angustias que hacen nudos
ecos de risas que se desvanecen en la nada
y vuelven a nacer desde el silencio hasta un ensordecedor ruido
que todo lo envuelve y lo quiebra, lo subleva y al fin lo inmoviliza
como este segundo del que hablo o mejor, del que hago caso omiso.

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