jueves, 29 de abril de 2010



Te busque en el otoño de ayer
y no te pude encontrar siquiera
en aquel trozo de canción
que quizás nunca recordare.
Esperaba oír tus pies
haciendo crujir las hojas secas
del árbol del después.
Y te soñé, al menos creo que te soñé,
era el exacto sonido de tu llave
oscilando en el metálico campaneo de la cerradura.
Y me equivoque, entonces me equivoque
solo era la materialización de una esperanza.
.Esa perversa, vil y engañosa maquina de tortura
que deshace el otoño volviéndolo invierno
Que sacude las cortinas volviéndolas hacia mí
como fantasmas armados con puñales de distancia
que cortan una y otra vez las yemas de mis dedos
que solo esperan acariciarte…

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