Tengo un doctorado en dolores
y soy también el abogado
del último tiro en el pecho
que me pegaste.
Ordeno por la tarde los desastres
que dejaste en mi cabeza.
Busco la calle donde me besaste
y su nombre ya no me interesa.
Hay camas vacías
que no esperan por nadie
que al final se duermen solas
pero la mía no es asi.
Soy un licenciado
en no decir muchas verdades.
Estoy acostumbrado
a perderme entre ciudades.
Y a veces me transformo
por la noche
en tu asesino en serie.
